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Innovación educativa electrosonora


Gracias al apoyo del Centro Cultural de España en Costa Rica, invitamos a la Escuela de Artes Musicales (EAM) de la Universidad de Costa Rica (UCR) a Patricia Raijenstein, para que compartiera con nosotros/as la experiencia de la Escuela de Oficios Electrosonoros, con el objetivo de conversar sobre innovación docente y comunidades de aprendizaje, donde la investigación y la acción social se tejen explorando intersecciones facilitadas por las artes electrónicas.

¿Qué podemos aprender y cómo pueden estas experiencias ayudarnos a pensar la docencia, investigación y acción social que hacemos desde la Facultad de Artes de la Universidad de Costa Rica? Recientemente la Vicerectoría de Docencia se propuso crear una serie de "espacios multiversa" en diferentes unidades de nuestro universidad, uno de ellos en la EAM, al cual hemos llamado "Laboratorio de innovación docente para la producción y experimentación artística", cuya coordinación me fue confiada, en compañía de mis colegas, la Dra. Liliana Chacón, el Dr. Gabriel Venegas, el Dr. Fernando Zúñiga y el MM. Carlos J. Castro.

Oficialmente todavía los "espacios multiversa" no han arrancado, pero Melissa Pacheco, jefa de producción artística de la EAM y yo, trabajamos juntas para conseguir que Patricia Raijenstein nos visitara y dejara esta semilla, que esperamos sea un detonador de lo que pueden llegar a ser los proyectos de un "espacio multiversa" en la Facultad de Artes de la UCR.

Les invito a ver la grabación en vivo de la conferencia

Acerca de la Escuela de Oficios Electrosonoros

“La Escuela de Oficios Electrosonoros (E.O.E) es un proyecto iniciado en el 2016 por Jesús Jara (informático, músico de live coding) y Patricia Raijenstein (educadora artística independiente) y apoyado por la Fundación Daniel y Nina Carasso. Su objetivo principal es diseñar experiencias educativas en torno al sonido, la escucha y el arte sonoro, que promueva la diferencia y cuestionen la idea generalizada de que son propiedad de un modelo masculino, occidental y normativo. Está dirigido a un público diverso que le interese el aprendizaje a través de la música electrónica y el arte sonoro. Para conseguir estos objetivos contamos con una serie de líneas de investigación, que están en continúo proceso: Pioneras de la música electrónica, LGTBI, Diversidad funcional y Diversidad cultural. Partiendo de estas líneas de investigación desarrollamos los talleres prácticos. La escuela no tiene un lugar físico, sino que es itinerante provocando la colaboración con diferentes instituciones y espacios. Utilizamos el término Escuela porque la educación es el eje estructural de los proyectos. Apelamos a diversas bases pedagógicas como la pedagogía crítica de Paulo Freire, para problematizar las estructuras sociales y visibilizar sujetos olvidados en la historia. La educación expandida,entendiendo al alumnado como productores de conocimiento, con los que colaboramos y utilizamos el error como forma de aprendizaje. Del "art thinking" nos interesa las estrategias artísticas para poner el acento en el proceso creativo más que en el producto final. Y con el feminismo, como la afrofeminista bell hooks, aprendemos a tener en cuenta los afectos y el cuerpo en el espacio pedagógico.

En el enfoque metodológico se imbrican la experimentación y la intuición, con estructuras que pretenden adquirir un criterio responsable. En consonancia, la escuela está en continúa investigación replanteando cómo la música electrónica y el arte sonoro construyen identidades. Así nos inspiramos en referentes diversos como Delia Derbyshire, Esther Ferrer, Bebe Barron, Rosetta Tharpe o Cheika Rimitti para aprender técnicas, sonidos y enfoques.

También abrimos espacios para que las participantes puedan aportar sus propias referencias y nutrir la sabiduría del grupo. Utilizamos el término oficio porque queremos apropiarnos de la tecnología, modificarla y fomentar su uso creativo. Acompañamos al alumnado adulto en la frustración y miedo, y al joven y adolescente en su pensamiento crítico, para que pasen de ser meros consumidores a creadores. Y pretendemos hacer un transvase de la ética hacker a las formas de aprendizaje y conocimiento que van más allá de la tecnología. El término oficio nos distancia de perseguir la idea de “artista genio" romántico, para acercarnos al arte relacional y comunitario. Como ejemplo, en algunos talleres hacemos circuit-bending o creamos circuitos con las participantes. Y por último, electrosonoro para escapar de etiquetas más académicas como música electroacústica o más populares como electrónica de baile, y poder atravesarlas según los objetivos de cada proyecto. El término electrosonoro implica estas dos categorías, pero también el arte sonoro o la escucha profunda con inspiración en Pauline Oliveros para hacernos percibir el mundo desde otras perspectivas. Tras realizar talleres en diferentes instituciones como Museo Nacional del Prado, el Museo Thyssen, el Museo Nacional Reina Sofia, La Casa Encendida, Tabakalera Donosti o Casa Árabe hemos podido ver resultados en el potencial de transformación. Algunos de ellos son meros extrañamientos de los asistentes que son indicios de aprendizajes, otras veces la reflexión sobre sus propias comunidades o el descubrimiento del sonido y la música electrónica como herramientas pedagógicas. Nuestro siguiente paso es prolongar el tiempo de esos acompañamientos para profundizar en los conocimientos surgidos en la comunidad, seguir investigando en el enfoque pedagógico relacionado con la tecnología, el arte sonoro y en el respeto a las diferencias y a la diversidad.”

Patricia Raijenstein

 

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